lunes, 26 de diciembre de 2011

El Cristo del Cordero

¡Oh, mi divino Cordero!
que a un pobre corderillo,
como soy, ya me amas,
me buscas si me he perdido,
y en tus brazos me llevas
y me estrechas, en tu mismo
Corazón, como almohada
diciendo que me has querido,
y a pesar de las faltas
que en mi vida haya tenido.

Ahora con tantos años,
muy bien lo he entendido
admirando el bello cuadro
que le ha pintado  el buen amigo
que es Manuel Gómez Huertas,
en cumpleaños ofrecido.
Yo, en agradecimiento,
por él y familia pido:
que los bendiga y premie
por el detalle tenido.



Con este sentido poema me compensó mi amigo, el sacerdote José Burgos Serrano, cuando le ofrecí este cuadro. Motivo por el cual le quedo muy agradecido.  

En Córdoba,  XI- 2011